Sobre el espíritu - Atahualpa Yupanqui

Atahualpa Yupanqui frase sobre el espíritu: hay cosas que no se compran en la botica de la esquina.
Frase: Decía mi mamá: Hay cosas que no se compran en la botica de la esquina. Hay que hacer la enorme y costosa diligencia de adquirirlas con el espíritu, y eso cuesta. Atahualpa Yupanqui

Quizás algunas de las cosas más difíciles de adquirir en nuestras vidas sean las virtudes, ya por algo tan admiradas. Mucho se habla de ellas, mucho se habla del que tiene una u otra virtud. Ciertamente, hoy en día se nos orienta mucho sobre la importancia del conocimiento de las virtudes, sobre cómo podemos alcanzarlas, sobre cómo desarrollarlas y refinarlas más.

No son pocos los que han escuchado hablar sobre la excelencia existente en la justicia, en la prudencia, en la fortaleza o en la templanza, así mismo no son pocos los que han experimentado las ventajas de practicarlas, y es que el virtuoso por excelencia utilizará sus virtudes para seguirse expandiendo como persona y a la vez para ayudar o influir positivamente en la vida de los demás. En otras palabras, la persona virtuosa elegirá hacer lo que es bueno, lo correcto, a pesar de sus propias inclinaciones, que incluso podrían ser completamente contrarias a lo que se tiene por bueno. Al hablar de hacer el bien o hacer lo que es bueno no quiero caer en asuntos de la apreciación que cada quien pueda tener de estas palabras en sus acepciones más extensas, simplemente quiero evocarles estas acciones en sus ejemplos más básicos: ayudar en lo posible al que está sufriendo físicamente, ayudar en sus estudios al que lo necesite, dar alimento al hambriento, etcétera.

Esas cosas que no se consiguen en la botica de la esquina y que hay que adquirirlas con el espíritu, como decía la mamá de Atahualpa Yupanqui, no deberían ser tan sólo una opción de adquisición, simplemente deberíamos luchar por obtenerlas en todo momento. Esas cosas claramente estarían en oposición a las pasiones desordenadas tales como la codicia, la envidia, la ira, la lujuria, la pereza, el orgullo, etcétera, que se agitan en nuestras mentes constantemente debido a nuestra naturaleza. Si no tratamos de domar estos impulsos simplemente vamos relegando el espíritu, tal cual fuera algo que se tira a un rincón oscuro para tratar de no "topárnoslo" por nuestro camino.

Muchos de nosotros muchas veces recorremos la vida sin siquiera pensar a dónde vamos, si no es que a la tienda de la esquina, al trabajo o al centro de estudios, pero nos olvidamos de cultivar cosas tales como la prudencia en nuestro proceder, nos olvidamos de actuar con justicia: de ayudar a quien necesita de nuestra ayuda mientras derrochamos dinero y tiempo, nos olvidamos de ser corteses con el prójimo y otro tanto de cosas.

Bien, he llegado al final de este artículo, siempre tratando de darme a entender y de ser un poco útil con mi aporte.

Sus opiniones, comentarios y sugerencias son gratificantes.

¡Saludos!

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