Como en toda secuencia de acciones que nos exijan esfuerzo de voluntad, siempre se comienza por lo que se considera que está al alcance personal. En un ejercicio personal por alcanzar las virtudes del héroe, la lealtad y la devoción siempre estarán entre los primeros eslabones por considerar, siendo estos elementos de nuestro eslabón ya conocidos entre nosotros, ya que todos le somos leales a algo o alguien y le tenemos devoción a alguna causa, institución o hasta a alguna persona virtuosa.
La lealtad y la devoción conducen a la valentía, decía Ueshiba. Pero, ¿por qué dar por sentado que la anterior sentencia es certera? Pues es que toda causa o empresa te exigirá en algún momento dar un paso importante que pondrá a prueba tu lealtad y devoción hacia ella, y tus convicciones podrían verse enjuiciadas si no tienes la valentía suficiente para dar ese paso importante.
Considerando que se ha optado por dar el paso y estar entre los valientes, hay que comprender que toda persona se adapta en mayor o menor plazo a las exigencias que la vida le propone. Es ya conocida por muchos de nosotros la máxima que dice: A quien más se le da, más se le exige. Supongo que ya todos los lectores estarán de acuerdo y familiarizados con esta sentencia, y es que basta con pensar en el sacrificio que nuestros padres hacen por nosotros a lo largo de sus vidas, comenzando por ser leales y teniendo devoción a su rol de padres cuando nos miraban crecer entre sus brazos, luego ya pronto muy valientes empeñándose y autosacrificándose en la lucha por darnos lo mejor, y luego al fin diciéndonos: no te preocupes, saldremos adelante, si hemos podido hasta ahora todo saldrá bien (nos hablan en plural porque han vivido nuestra lucha y son parte de ella), y su confianza en el poder del amor ya es notable en esa etapa de sus vidas.
Bien, daría por concluido el post si no fuera porque por fuerza de deber tengo que hacer mención de que como en el caso de nuestros padres, el espíritu de autosacrificio es más preciado y sale más a luz en las personas que tienen un rol importante como pastores de almas en nuestra sociedad. Casos son muchos en que hemos visto llegar a grandes hombres y mujeres hasta autosacrificios insospechados por el bien de sus semejantes.
Doy por concluido este post. Los comentarios y opiniones siempre son bienvenidos.
¡Saludos!