Opinión de editor: Una de las grandes verdades de la sociedad es que esta existe gracias a la colaboración mutua de unos y otros. En un mundo propio o personal encerrado en el egoísmo muy difícilmente podemos decir que hay crecimiento como persona aunque así se crea. Miremos la primera y pequeña base de la sociedad: la familia...; esta brilla por el compartir, por el ayudar, por el amar. En este caso notamos que se cumple lo dicho por Einstein, y así desde pequeños se nos prepara para ser útiles en la sociedad.
Filosofando un poco imagino al producto maduro, al que ya es útil para su fin: una fruta (que alguien comerá), un árbol que necesita su período de maduración para poder ser utilizado como madera, etc. Toda maduración conlleva un proceso, y es la madurez la fase más útil y hermosa de todo lo que existe. En el ser humano definitivamente esta madurez debería ser asumida también como un estado de servicio y preocupación por los demás, por la comunidad, como lo sugiere Albert Einstein.
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