Alexander Pope fue un gran poeta del siglo 18, es más, es considerado uno de los más grandes poetas de su época. Esta famosa frase sobre la mentira que nos heredó es una gran verdad, y es que el que miente lo hace por un motivo que considera delicado. Así, al mentir, la persona busca como protegerse a sí misma de la verdad que oculta. Como dijo Alfred Adler: Una mentira no tendría sentido si la verdad no fuera percibida como peligrosa.
Bien, volviendo con Alexander Pope, cualquiera sabe que después de una mentira usualmente viene la otra para seguir ocultando algo, o mejor dicho, querer seguir ocultando la verdad, porque como sabemos, hasta las paredes tienen ojos y oídos, si no es que también otros sentidos más (por decirlo así y creo que ya saben los motivos). Pues seguramente la gran mayoría de los que hemos mentido aunque sea alguna vez, ya sabemos que se puede hacer costumbre, pero no es ese el caso; el caso es que basta una mentira para que lo que hay detrás de esa mentira nos lleve a otra y a otra, hasta el punto en que quizás la mentira se vuelve totalmente increíble, ya por no ser muy convincentes como mentirosos, ya porque hay muchas incongruencias entre una y otra mentira o ya porque hemos añadido tantos elementos que se ha convertido en toda una historia digna de ser dada a conocer en los noticieros amarillistas (ahora seguramente podría ser viralizado en los medios). Y es que se apilaron veinte mentiras o más. Al final, es casi seguro que la verdad aparecerá por allí y la mentira tendrá que salir huyendo.
Bien, la frase anterior es más condensada que la que expresó Alexander Pope, pero, definitivamente hasta podríamos confundirlas. Me gustaría desglosarla un poco:
Con una mentira suele irse muy lejos: pues no nos vayamos lejos y miremos el caso de muchos políticos (recurro a este ejemplo sólo porque es de fácil aceptación por la disponibilidad de casos al respecto que salen a luz en los medios).
Pero sin esperanzas de volver: la esperanza es una palabra usada especialmente al referirse al estado de ánimo del que espera confiado que algo muy anhelado sucederá, especialmente algo bueno. Pues bien, después de haber mentido, el que mintió casi no tiene esperanzas de volver a ser visto o tenido como alguien de confianza. Las oportunidades de volver a ser confiable se hacen muy escasas, lo sabemos, ¿no?
¡Saludos y saludes!