Frase: Dios no juega a los dados. Albert Einstein
Einstein defendía la idea de un universo determinista, en el que todo evento tiene una causa y un efecto predecible. Para él, la naturaleza no podía ser regida por el azar o la aleatoriedad. La frase "Dios no juega a los dados" se interpreta como una afirmación de que el universo sigue leyes preestablecidas y no está sujeto a la casualidad.
Sin embargo, es importante señalar que la frase se ha utilizado en diferentes contextos y ha sido interpretada de diversas maneras. Algunos lo ven como una expresión filosófica de la creencia de Einstein en un orden subyacente en el universo, mientras que otros pueden interpretarlo como una crítica a las interpretaciones probabilísticas de la mecánica cuántica.
En última instancia, la frase refleja la opinión personal de Einstein y su postura sobre la naturaleza del universo, pero no representa necesariamente el consenso científico actual ni invalida los descubrimientos de la mecánica cuántica.